ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
En 2008 Michael Phelps nadó 200 metros a mariposa en 1 minuto y 52 segundos mientras que en 2012 Usain Bolt corrió 100 metros planos en 9,63 segundos. Por los Juegos Olímpicos han pasado los mejores atletas de la historia de la humanidad. Pero durante muchos años en este evento no solo se otorgaban medallas deportivas: algunas artes como la arquitectura fueron disciplinas olímpicas hasta mediados del siglo XX. Y precisamente, si por algo se caracteriza este evento, es porque ha modificado la fisonomía de las ciudades y ha sido el pretexto para levantar algunas infraestructuras emblemáticas: del Estadio Olímpico de Montjuïc (Barcelona) al Nacional de Pekín pasando por el Centro Acuático de Londres.
Parque Olímpico de Múnich (1972)
En 1972, en las Olimpiadas de Múnich, 11 miembros del equipo olímpico israelí fueron tomados como rehenes y asesinados por un comando del grupo palestino Septiembre Negro. Las maravillas arquitectónicas del evento, además de los logros deportivos, quedaron completamente ensombrecidas por este acto terrorista. En este caso la joya de la corona fue el Estadio Olímpico de Múnich, diseñado por los arquitectos Günter Behnisch y Frei Otto, que ganó el prestigioso premio Pritzker en 2015.
Simulando una tienda de campaña gigante, Otto proyectó una red de cables tensada por una multitud de mástiles de soporte. Dichos mástiles proporcionan el soporte necesario para sostener las superficies del techo. Los cables que conforman la malla están unidos mediante nudos de acero de fundición. Con un techo con una superficie de 74.800 metros cuadrados y capacidad para casi 70.000 espectadores, el estadio supuso un hito en la historia de la arquitectura. El arquitecto Juan María Songel, experto en la obra de Otto, explica en la revista Líbero que mostraba “a gran escala sistemas estructurales innovadores basados en la capacidad de resistencia de los cables de acero”, además de usar “formas geométricas inusuales en la arquitectura moderna”.
El Estadio Olímpico de Múnich simula una gran tienda de campaña formada por una red de cables tensada por múltiples mástiles de soporte. Crédito: Christine Kanstinger / The Hyatt Foundation.
Estadio Olímpico de Montjuïc (1992)
Los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 supusieron una de las mayores transformaciones urbanísticas de la ciudad a lo largo de su historia. La urbe se abrió al mar y ganó dos kilómetros de playa, además de un barrio entero —la Vila Olímpica— y nuevas terminales en el aeropuerto. Entre los éxitos arquitectónicos, destaca la llamada Anilla Olímpica de Montjuïc, que fue el centro neurálgico del gran evento deportivo. Este área fue diseñada por los arquitectos Carles Buxadé, Joan Margarit, Federico Correa y Alfons Milà. Además de remodelar instalaciones existentes como el Estadio Olímpico de Montjuïc o las Piscinas Picornell, se construyeron nuevas instalaciones como el Palacio de Sant Jordi o una torre de comunicaciones diseñada por el ingeniero y arquitecto valenciano Santiago Calatrava.
En el Estadio Olímpico de Montjuïc tuvieron lugar las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos, además de las pruebas de atletismo. Esta infraestructura, diseñada por el arquitecto Pere Domènech i Roura, fue inaugurada en 1929 en el marco de la Exposición Internacional de Barcelona. Con motivo de las Olimpiadas de 1992, todo el estadio fue remodelado exceptuando su fachada, que aún hoy conserva su aspecto original. Con un aforo de 60.000 personas, el estadio ha albergado tras los Juegos Olímpicos otros eventos deportivos, musicales y corporativos.
Los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 supusieron una de las mayores transformaciones urbanísticas de la ciudad a lo largo de su historia. Crédito: Clara Films.
Estadio Nacional de Pekín (2008)
Algunas aves construyen nidos para criar a sus polluelos o utilizarlos durante todo el año. Los suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron crearon el Estadio Nacional de Pekín con el mismo objetivo: “Desarrollar una arquitectura que siguiera siendo funcional después de los Juegos de 2008. En otras palabras, crear un nuevo tipo de sitio urbano que atraiga y genere vida pública en esta parte de Pekín”. Esta estructura ha sido bautizada como “nido de pájaro” por la maraña de piezas de metal que la conforman, que sobrepasan las 40.000 toneladas de peso. “Los componentes parecen un matorral caótico de soportes, vigas y escaleras, casi como un bosque artificial”, afirman sus creadores.
El estadio mide 330 metros de largo, 220 metros de ancho y 69 metros de altura y destaca por un diseño sostenible. Los arquitectos Herzog y de Meuron destacan que, al prescindir de una fachada sólida y cerrada, se facilita la ventilación natural de la infraestructura. Además, el estadio cuenta con un sistema que recolecta el agua de lluvia y la purifica para reutilizarlarla. Con una capacidad para 91.000 espectadores, fue el escenario principal de las pruebas olímpicas de atletismo, además de las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos y algunos partidos del Torneo Olímpico de Fútbol. En 2022 se espera que albergue las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno.
El Estadio Nacional de Pekín está formado por una maraña de piezas de metal que sobrepasan las 40.000 toneladas de peso. Crédito: Wuqiang_beijing.
Centro Acuático de Londres (2012)
En 2004 Zaha Hadid se convirtió en la primera mujer en ganar el premio de arquitectura Pritzker. Unos años más tarde sería la encargada de diseñar la estructura estrella de las Olimpiadas de 2012: el Centro Acuático de Londres. Para construirlo, se inspiró en los flujos geométricos del agua en movimiento. De hecho, el techo es una ola de unos 1.040 metros cuadrados que se eleva encerrando en su interior las piscinas olímpicas que se usaron para las competiciones de natación, buceo y natación sincronizada.
Hasta 1908 los eventos de natación olímpica se realizaban en aguas abiertas —ríos y lagos—. Después el evento se trasladó a las piscinas. Las del Centro Acuático de Londres cuentan con suelos y estructuras móviles para cambiar su profundidad y tamaño. Mientras que en los Juegos Olímpicos el centro contaba con un aforo de 17.500 espectadores, tras el evento se reformó. Ahora tiene capacidad para 2.800 espectadores y espacio para añadir 1.000 asientos adicionales en eventos deportivos importantes. Además de los Juegos Olímpicos, el edificio ha albergado otras competiciones como la Liga Internacional de Natación o la Serie Mundial de Buceo FINA. A día de hoy también está abierto al público general.
El techo del Centro Acuático de Londres es una ola de unos 1.040 metros que encierra en su interior las piscinas olímpicas en las que se disputaron las Olimpiadas de 2012. Crédito: Zaha Hadid Architects.
Durante décadas las Olimpiadas han sido una excusa para realizar transformaciones urbanísticas de las ciudades y para involucrarse en obras faraónicas y multimillonarias que serían imposibles sin ese escaparate mundial. Múltiples países han aprovechado el evento deportivo para demostrar su capacidad de levantar infraestructuras innovadoras. Tokio prevé dar el pistoletazo de salida a los próximos Juegos Olímpicos el próximo 23 de julio. El nuevo Estadio Nacional de Tokio, obra del famoso arquitecto japonés Kengo Kuma, ha sido construido en el emplazamiento del antiguo estadio nacional levantado para los Juegos de 1964. Esta emblemática estructura en teoría acogerá la ceremonia de inauguración del que probablemente sea el mayor evento deportivo de la historia.
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